Este Robin Hood al revés es lo que hacen en general los gobiernos de nuestro país, con el PP a la cabeza, y eso hizo en particular la familia Aznar-Botella.
Aznar cambió la ley para hacer la trampa cuando gobernaba, Ana Botella desde el Ayuntamiento de Madrid vendió pisos de protección oficial (pisos a un precio más asequible, para colectivos vulnerables) a menor precio para que los comprara el fondo buitre Blackstone y el hijo de ambos -que "casualmente" es un alto cargo de Blackstone- consiguió pingües beneficios para su multinacional a costa de vivienda social que debería ser para familias necesitadas. Es una vergüenza, porque las viviendas de protección pública son intocables nunca se debe negociar con ellas, son para gentes con pocos recursos, nunca se debió permitir esto.
Negociete perfecto aunque machaquen el futuro de las personas, ya que esos fondos suben los precios de los alquileres. Por culpa de su actividad especulativa, se dispara el precio de los alquileres y desahucian a deudores maltratados por la crisis que no pueden pagar semejantes precios. Pero todo esto les da igual.
Ahora el Tribunal de Cuentas sentencia que esa operación inmobiliaria fue ilegal y "por un precio lesivo para el patrimonio público".
Ni Botella verá la cárcel, ni se devolverán los pisos, ni se recuperarán las vidas de las familias. Los fondos buitre se van de rositas y para esta familia de avariciosos, 25 millones es calderilla. Ojalá nos equivoquemos y por una vez se haga justicia. Pero lo que realmente funciona contra los corruptos es señalarlos públicamente en artículos como éste y denunciarlo en la calle, que todo el mundo lo sepa.
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