Desde diciembre de 2017, Iberdrola es una de las cuatro empresas que integran la lista negra del Banco Europeo de Inversiones (BEI) debido a que la Justicia de Letonia descubrió que la compañía había sobornado a altos funcionarios para obtener contratos públicos financiados por el BEI, por 300 millones de euros. Como castigo, en teoría, Iberdrola está vetada en las líneas de crédito de la entidad durante al menos un año. Sin embargo, esta semana el BEI le ha concedido un nuevo préstamo de 650 millones de euros en condiciones favorables, es decir, a intereses inferiores a los del mercado. El acuerdo fue suscrito por el presidente de la empresa, Ignacio Sánchez Galán, y Emma Navarro, vicepresidenta del BEI y que fue secretaria general del Tesoro español hasta el pasado mes de marzo.
Paradójicamente, el BEI es una de las instituciones europeas que más antiguos altos cargos españoles aglutina: han sido vicepresidentes de la entidad la exministra socialista Magdalena Álvarez y el exministro popular Román Escolano, entre otros. También hay puertas giratorias entre el BEI e Iberdrola, como Fernando Bécker, director corporativo de Iberdrola hasta febrero de este año, o José Gasset Loring, actual director de Relaciones Internacionales de la eléctrica.
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El rey Juan Carlos e Ignacio Galán durante la inauguración de la planta de Iberinco en Riga. Foto: Iberdrola
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